lunes, 11 de mayo de 2015

Mamá y autónoma

No, esta no es una entrada sobre conciliación laboral en el caso de las mamás autónomas, aunque eso daría para largo y tendido, sino una reflexión sobre las similitudes de ambas figuras que se me ha venido a la mente.

Desde que el renacuajo va a la guardería, el número de virus y bacterias que pululan por mi casa se ha multiplicado por mil, con lo que nuestro sistema inmunitario se va debilitando progresivamente al tiempo que el del chiquitujo se va fortaleciendo. Fue en uno de estos episodios víricos llenos de náuseas, fiebre y malestar general que se me ocurrió comparar mi situación personal como madre con mi situación laboral como autónoma y me pareció que eran bastante similares.

- No tienes derecho a ponerte malo. No, no hay bajas por enfermedad ni mandan a ningún sustituto en tu lugar, por muy mala que estés. Si tienes un proyecto que entregar, tienes que hacerlo aunque sea con 40º de fiebre y si tienes un hijo y el padre de la criatura trabaja ese día o si eres madre soltera, tienes que cuidarlo. Los afortunados de tener la familia cerca pueden delegar un poco en ellos, pero las nuestras están a 6 horas, así que no es plan. Una opción a la desesperada es abusar de la guardería, pero no lo puedes dejar allí todo el día, así que terminas corriendo detrás del niño con los mocos colgando, más náuseas que si te hubieras bebido una botella de tequila, un dolor de cabeza descomunal y unas ganas tremendas de que se duerma una siesta de 4 horas para tumbarte en el sofá con una mantita y dormitar mientras tragas tele (sin olvidar que por la mañana, en vez de poder descansar, has tenido que trabajar 6 horas en las mismas condiciones). Infernal.

- La incertidumbre es constante, sobre todo en lo económico. Nunca sabes con qué dinero vas a contar un mes, porque o te llegan pocos encargos y de poco importe o te llega un gasto imprevisto relacionado con el niño (que hay muchos, y hay que reconocer que las cosas de bebé suelen ser tremendamente caras). Por eso, hay que hacer acopio de reservas y ahorros para los tiempos de vacas flacas.

-No tienes horarios fijos. Lo mismo estás 3 días seguidos sin trabajar en toda la mañana que luego tienes que trabajar 12 horas seguidas los 3 siguientes y con el niño, igual, lo mismo estás varias noches estupendas durmiendo (casi) a pierna suelta que otras en las que te pasas más rato despierta que dormida a lo largo de la noche. Y no, no lo puedes planear ni controlar, tienes que ir adaptándote a lo que viene según viene.

- Es imposible hacer planes. Llevas 3 meses planeando una escapada al campo con amigos, reservas hotelito rural maravilloso y de pronto, a) proyecto enorme, jugosísimo y por supuesto, ultra urgente de viernes a lunes al que no puedes decir que no / b) el niño, que estaba como una rosa, de pronto con 40º de fiebre y vomitando por las esquinas y en ambos casos, todo al garete.

- Es sacrificado pero compensa. Lo has elegido tú, no es un trabajo que te haya impuesto nadie, lo haces porque quieres y porque te da muchas satisfacciones. Es cansado, incierto y absorbente, pero maravilloso. Obviamente, hablo de las dos cosas, de mi trabajo y de ser mamá. Y no cambiaría ninguna de las dos cosas por nada del mundo!

Si es que es como yo siempre digo, que tengo un trabajo a jornada completa que me apasiona, fascina, completa y realiza y aparte, traduzco 2000 palabras al día! ;)

4 comentarios:

  1. Fíjate si te entiendo que mi marido es autónomo... Trabaja TODOS los días del mes excepto dos domingos. Excepto estos días, tres fiestas al año y quince días de vacaciones, no descansa. Porque aunque esté enfermo o con lumbago o una hernia, va a trabajar, porque si no abre, no come, y ahora más que yo me he reducido por cuidado de angelote.
    En fin, que tenemos que hacer malabares y, simplemente para ir a una boda no sabes los calentamientos de cabeza...
    Para mi lo peor lo sola que estoy a veces. Lo mejor, que puedo ir cuendo quiera a su negocio y así angelote ve a su padre y está un rato pululando por allí.
    Pero te entiendo, vaya que si te entiendo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí que me tienes que entender, sí! Y entiendo lo que dices de hacer planes por ejemplo para ir a una boda, un rollazo. En lo de la soledad, bueno, en mi caso es distinto, porque trabajo desde casa, así que cuando Mr. Sapo vuelve de trabajar, aquí estoy yo, aunque esté trabajando, sabe que estoy, e igual con el niño.

      Eliminar
  2. Jejeje, buena comparativa! La verdad es que no es nada fácil compatibilizar los dos trabajos, más cuando hay tantas cosas en común!! ;-)
    Y comparándolo con un trabajo por cuenta ajena un bebé es como un jefe de los que tienes todo el día mirándote al cogote! Jaja. Menos mal que a este jefe se le puede mandar un rato a paseo! (abuelos, guardería...).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja! Genial comparación con el jefe!! Y de los exigentes! Pero el jefe más lindo que podríamos tener y para el que menos coraje nos da trabajar, a que sí!? Un besote, linda!

      Eliminar