viernes, 28 de junio de 2019

Dormir y soñar

Y los sueños....¿sueños son?

Mis hijos no han sido lirones, para qué engañarnos. La naturaleza no les ha concedido ese don. Tienen mil cosas positivas, millones de virtudes, cosas que ponen muy fácil su crianza, como su capacidad para comer como limas prácticamente de todo, pero lo de dormir...pues no. Renacuajo inició el tema a lo grande. Siempre fue un bebé muy demandante, de día y de noche. Se despertaba mil veces y hacía mil tomas. Bah, ya irá pasando, cuando crezca. Pues no, no pasó. Cuando llegó el destete, la cosa no cambió prácticamente nada, bueno, sí, en vez de la cómoda teta, había que levantarse esas cien mil veces a llevarle un biberón. Menos mal que al menos, lo acostumbramos a que fuera frío. 

Cuando llegó Ranita, Renacuajo tenía 2 años y 5 meses y las fiestas nocturnas se duplicaron. Mr. Sapo se dedicó 100% al Renacuajo por las noches mientras Ranita se pegaba a la barra libre tan felizmente. El resultado fue dos padres agotados y en modo zombi...qué os voy a contar de la bima/paternidad!! 

Pero de pronto, Mr. Sapo empezó a dormir. Uy!! Una noche del tirón! Si esto no había pasado nunca!!! Y a la semana siguiente....si esta vez han sido 2! Y entonces, volvió al lecho conyugal y pasó de no dormir con Renacuajo a no dormir con Ranita; es decir, una mejoría significativa (nótese la ironía!). Ranita ha ido de mal en peor en el tema sueño, pero claro, al lado de Renacuajo, todo nos parece llevadero.

Y de pronto, cuando Ranita está a un mes de cumplir los 3 años....pum! Noche del tirón! DE LOS DOSSSSS. Increíble, ya no recordaba lo que era dormir 7 horas seguidas. Y de pronto, otra. Y 3 malas. Y otra del tirón. Y otra de tirarse por la ventana. Y otras 3 seguidas del tirón!!!


Permitidme que me emocione y que me dé la oportunidad de SOÑAR. Creo que estamos pasando de etapa por finnnnnnn! Creo que se avecina una temporada que hacía más de 5 años que no teníamos: SOÑAMOS CON VOLVER A DORMIR!!! ¡Todo se ve diferente cuando se duerme! Y digo esto después de 2 noches horrorosas con baile de camas incluido (antes de anoche, terminamos las 2 en el sofá de la desesperación). Pero estoy convencida de que son los últimos coletazos antes del paraíso onírico, jeje. 


Dicen que todo llega y todo pasa. Y pese a que estoy muy agradecida de que llegara a mi vida, por lo que ello conlleva, estoy aún más agradecida de que vaya a pasar. Porque con mis niños, no necesito dormir para soñar, pero seguro que veré mis sueños aún más bonitos!