miércoles, 15 de mayo de 2019

Las ventajas e inconvenientes de MI maternidad

La maternidad y paternidad tienen muchas caras. La más pública es idílica, es la que se nos vende de puertas para afuera, la que se nos casi obliga a creer a pies juntillas. La maternidad maravillosa y que te realiza como mujer y el mayor logro de tu vida. Y para muchas personas, no hay muchas más caras que esta, y lo respeto, pero para mí, y creo que para mucha gente, aunque les cueste exteriorizarlo, la maternidad tiene otras muchas caras, y no todas son tan amables.

Por eso, quiero hablaros hoy de las ventajas e inconvenientes que me ha aportado a mí la maternidad. Esto no es una generalización, no es una explicación científica de cómo debería afrontar la maternidad o la paternidad nadie, es simplemente mi visión en mí misma de cómo me ha afectado esta etapa de mi vida.

Mi balance de la maternidad, 5 años después de haberme convertido en madre, es positivo. Soy más feliz que en ciertas etapas de mi vida y soy más feliz de lo que probablemente sería si no tuviera hijos. Pero pese a esto, he perdido muchas cosas en mi vida que valoraba y que me hacían feliz y he sacrificado bastante por tener 2 hijos.

Para mí, las cosas que más echo de menos de no tener hijos es la libertad de hacer lo que te dé la gana cuando quieres. Ya no eres dueño de tu vida ni de tu tiempo. No decides cuándo descansas ni puedes permitirte organizar tu vida centrándote en ti. He dejado atrás muchos hobbies y otros los he reducido considerablemente.

También echo de menos ciertas cosas que no necesariamente van de la mano de la maternidad. He tenido hijos en estos últimos años, es cierto, pero también he envejecido, y por ello, no puedo pretender llevar la misma vida que hace 10 años. Probablemente, aunque no hubiera tenido hijos, tampoco llevaría esa misma vida.

Y una de las peores consecuencias de la maternidad para mí es perderme a mí misma, desdibujarme, ser mayoritariamente madre, ama de casa, profesional y muy por último, yo. He estado treinta y pico años creándome, conociéndome y cuidándome y de pronto, pasas a un segundo plano de tu propia vida, y eso es duro. Y qué decir ya de tu pareja...

Otra cosa que me duele es sentir los errores de mis propios hijos como míos propios. La crianza es probablemente la tarea más importante que haga en mi vida, y ver que en ciertos momentos, no salga como te propones, como te has sacrificado tanto para que salga, frustra muchísimo. 

Así que, en general, el mayor inconveniente de la maternidad para mí es que he pasado a un segundo plano de mi propia vida. Ya no soy la primera en mi lista de prioridades ni de responsabilidades. Pero no todo iba a ser negativo. Hablemos ahora de las ventajas de mi maternidad.

La primera y más importante para mí es que los momentos más felices de toda mi vida, que han sido, por suerte muchos, me los han dado mis hijos. He vivido otros momentos maravillosos, pero las mayores carcajadas, la mayor ternura, el mayor amor se lo llevan mis hijos. Y relacionado con esto, también digo que una de las cosas más magníficas que me ha traído la maternidad es la sensación de sentirte querida al 100%, sin reservas ni condiciones, ser la persona más importante en la vida de otra persona, eso es la leche! Esos piropos recién levantada o con 40 de fiebre no tienen precio. 

Otra cosa que me encanta de la maternidad es poder volver a ser niña, A veces somos tan adultos que nos parece ridículo tirarnos por un tobogán, sentarnos en el suelo o jugar con plastilina y tener hijos es la excusa perfecta para ello. Otra cosa que me gusta de ser madre es que ha incrementado mi vida social. Es un poco triste, pero mis amigos y amigas ahora son los padres y madres de los amiguitos de mis hijos y nos montamos unos planes familiares todos juntos estupendos!

Así que, en resumen, he perdido mucho, o he cambiado mucho, si queréis, al tener hijos. Hay muchas cosas que echo de menos y otras cosas que sé que no haría aunque no tuviera hijos, pero también las echo de menos. Si volviera atrás ahora, con lo que sé de la maternidad, hasta aquella chica infértil que desesperaba mes a mes, me diría que siguiera intentándolo, que merece la pena, pero que también se puede ser feliz sin hijos, que la maternidad es dura, igual que lo es rendirse, pero que al final, ambos caminos pueden ser bonitos y llenos de alegría y felicidad.