miércoles, 29 de abril de 2015

¡Yo soy esa!

Hola a todos! Como nunca me han dado ningún premio bloguero de esos en los que tienes que contar cosas sobre ti ni conozco a mucha gente de forma personal en el mundo 2.0, aprovecho que este fin de semana celebro mi cumpleaños y que muchas celebramos el día de la madre para ofreceros una entrevista a la carta sobre mí. Si os apetece saber algo sobre "Luli", si tenéis curiosidad por conocer algo más de mi persona o siempre ha habido algo que habéis querido preguntarme, sea lo que sea, poned vuestra pregunta en los comentarios y os iré respondiendo de forma sincera. Pueden ser preguntas de todo tipo, desde preguntas más personales, más tontas o más profesionales, maternales... Así me conoceréis un poquito más las asiduas y las nuevas, si es que os apetece o interesa. Así me desnudaré un poquito el alma y mostraré que "yo soy esaaaa", como diría la Pantoja!!!

Yo soy...esa... 
Esa oscura clavellina 
Que va de esquina en esquina 
Vorviendo atrás la cabesssa. 
Lo mismo me llaman Carmen, 
Que Lolilla que Pilá; 
Con lo que quieran llamarme 
Me tengo que conformá. 
Soy la que no tiene nombre, 
La que a nadie le interesa, 
La perdición de los hombres, 
La que miente cuando besa. 
Ya...lo sabe... Yo.... soy... esa...!!!


Ah, si no os apetece u os importa un comino cómo soy, pues también genial, sin problema! jejejejee! Un besote para todos/as! Luli


jueves, 23 de abril de 2015

Embellecerse o morir

No sé a vosotras, chicas, pero a mí la maternidad me ha dejado fea refea!!! Nunca he sido un pibón, pero tuve un embarazo radiante, la verdad, no engordé nada, cogí solo kilo y medio en todo el embarazo, con lo que simplemente mi tripa iba creciendo linda y redondita mientras yo adelgazaba, que no me venía nada mal. A eso le sumamos el pelazo que se nos pone cuando estamos embarazadas, la alegría y la ilusión que se nos refleja en la cara y el chute hormonal y el resultado es que muchas de las mujeres que pasan buenos embarazos están resplandecientes, en el mejor momento (estéticamente hablando) de sus vidas.

Después llega el parto y el postparto, con su revolución hormonal, sus escasísimas horas de sueño y sus incomodidades para ducharse y arreglarse. Es un momento poco propicio para el embellecimiento personal, con la barriga colgandera y las ojeras de quince metros, pero a veces, nos da un poco igual, porque en esos momentos, lo que más nos importa no es nuestro (deplorable) aspecto, sino esos pequeños bebés llorones tan preciosos que han llegado a nuestras vidas. Poco a poco, el postparto va pasando, la barriga vuelve (más o menos) a su sitio y nos empezamos a organizar un poco en nuestra nueva vida como mamás. Con el tiempo, empezamos a establecer ciertas rutinas que los primeros días parecen utópicas y hasta conseguimos ducharnos con una cierta frecuencia y cenar antes de las 11. Y tras esto, empieza la etapa que yo llamo "etapa de crucero" de la maternidad (porque es cuando nos hemos conseguido estabilizar por fin como madres y como personas y no es que avancemos muy rápido, pero alcanzamos una altitud de vuelo "normal").

En ese momento, ciertas prioridades anteriores que habían caído en picado empiezan a ir volviendo. Al tener nuestra vida maternal un poco más organizada, tenemos tiempo y ganas para preocuparnos por otras cosas, aunque siempre sigan quedando en un segundo, tercer o penúltimo lugar. Es entonces cuando empezamos a ocuparnos de la casa, volvemos al trabajo o nos acordamos de que tenemos pareja. Poco a poco, esas antiguas prioridades vuelven, con un peso diferente, pero vuelven a nuestras vidas. Retomamos con suerte alguna afición, creamos muchas nuevas, la mayoría relacionadas con nuestros hijos, y volvemos a preocuparnos un poco por nuestra apariencia física. Esto es algo muy personal y muy relacionado con el peso que le diéramos antes de la maternidad. Hay chicas que disfrutan arreglándose y otras que no salen del chándal y la coleta, son dos opciones totalmente respetables.

Yo era (más o menos) del primer grupo. No es que fuera en tacones a bajar la basura (tuve una vecina híper estupenda que sí lo hacía!!!), pero nunca salía sin pintar y me gustaba bastante arreglarme un poquito. Ahora, todo ha cambiado, yo sigo siendo en gran parte la misma, me sigue gustando arreglarme, simplemente, tengo menos tiempo y lo he ido relegando a un segundo lugar. Voy a la guardería a dejar al renacuajo con la cara lavada total y en zapato plano, voy al súper en vaqueros y camiseta y no salgo de la coleta más que en ocasiones muy señaladas. Además, a esta parte volitiva de mi cambio, es decir, lo que hago con conocimiento y voluntad, se une el enorme deterioro físico que he sufrido después de mi maternidad. Sí, es indudable, estoy peor, más fea y más vieja. El número de canas se ha cuatriplicado, tengo más ojeras y mi forma física es peor, no hay más vuelta de hoja. Estoy más delgada, sí, pero no delgada en plan esbelta, sino delgada en plan demacrada-senotaquenoduermo-tengomalacaraaunquemepintecomounapuerta!

Pese a que el aspecto físico no es en absoluto la máxima prioridad en mi vida, me miro al espejo y no me gusta (físicamente) lo que veo. Creo que sentirse bien con uno mismo en todos los aspectos es algo muy necesario para ser feliz y poder transmitir esa felicidad, y noto que me falta esa parte. Las mamás famosas que nos venden las revistas tampoco ayudan. Por ejemplo, Sara Carbonero, Amaia Salamanca y Pilar Rubio fueron mamás más o menos cuando yo y las tres siguen monísimas, elegantes, modernas y arregladísimas en todas sus salidas, lo cual agobia un poquito más aún. No es que me fije en ellas como un ejemplo a seguir, pero me gustaría ser una mamá glamurosa y la verdad es que ni me acerco!

Sé que debería marcarme metas realistas, con lo que me he propuesto empezar la "operación glamourkini"!! De aquí a veranito y aprovechando que la primavera es un tiempo muy propicio para el embellecimiento personal, voy a intentar cuidarme un poquito más, depilarme las cejas antes de que no se me vean los ojos, ir a la peluquería a echarme el tinte antes de que las peluqueras no sepan si es mejor echarlo castaño o blanco, para igualar, y a no salir de casa como si fuera a varear aceitunas! Si ya consigo mantener mis piernas medianamente libres de pelambrera, pintarme las uñas de vez en cuando y hacer un pelín de deporte para poder ponerme bikini este verano sin que me detenga la guardia civil por desorden público, la operación sería exitazo total! Ya os iré contando cómo va la cosa (como la operación ovejita está saliendo bien, creo que me estoy viniendo arriba!!! jajajaja!)

Y vosotras, ¿le dais importancia al aspecto físico? ¿seguís con el mismo glamour que antes del embarazo? ¿habéis notado mucho bajón físico/estético?





martes, 21 de abril de 2015

Operación ovejita!

Como bien sabéis, nunca he tenido un lirón, el renacuajo duerme mal unos días y horrorosamente mal otros. Últimamente, estos últimos habían pasado a ser la norma. Además, había cogido la costumbre de no poder dormirse tras ninguno de sus múltiples despertares si no tomaba un biberón de leche con cereales.

Aparte de ser un horror, que se tomara más de medio litro de leche todas las noches después de la cena y antes del desayuno es peligroso, fomenta la obesidad infantil y yo creo que no llegar a hacer la digestión de un biberón y tomarse otro no puede ser beneficioso. La situación había llegado a ser insostenible, a veces, se despertaba cada hora u hora y media, chillando, y no había forma de calmarlo si no era con biberón. Por eso y porque llegó un punto en que ni él ni nosotros podíamos más, decidimos tomar cartas en el asunto y empezar lo que una amiga llamó "Operación Ovejita".

¿En qué consiste la Operación Ovejita? Pues básicamente, en intentar re-educar el sueño del renacuajo de modo que consigamos descansar los tres lo máximo posible. Nos planteamos aguantar al menos una semana con lo que habíamos decidido para darle tiempo a acostumbrase y a ver si funcionaba o no. No hemos aplicado ningún método en particular, pero probablemente hayamos probado partes de varios. No ha sido un Estivill, pero lo hemos dejado llorando a ratitos. No ha sido un Duérmete niño ni ninguno de los de los gurús del sueño, simplemente nos hemos dejado llevar por nuestro instinto y por el amor hacia nuestro niño. Para nosotros, había ciertos objetivos claros: en primer lugar, que no dependiera obsesivamente del biberón para dormirse, si se tiene hambre, se come, si no, hay que saber dormirse de otra forma. En segundo lugar, que supiera que quedarse solo en la cuna no significa que no lo queramos ni que lo abandonamos, que se sintiera seguro y relajado. Después de una semana de operación, os contaré cómo nos ha ido:

La primera noche fue de traca, horrorosa, al pobre le pilló descolocado que lo que le funcionaba antes, ahora no funcionara. Le costó horrores dormirse, se despertó mil veces y como no le dábamos biberón, no conseguía dormirse y se frustraba. Tuve que terminar acostándome con él en la cama de su cuarto y después de hora y media de mimos, de calmarlo e intentar que se sintiera seguro conmigo, consiguió dormirse.

La segunda noche fue un sueño. Se durmió bastante bien, aunque se le notaba como asustado de que me fuera de la habitación, pero se le pasó pronto. Durmió bastantes horas del tirón, se despertó una vez de madrugada para un bibe y se volvió a dormir otra vez hasta por la mañana. Él solito, en su cuna y sin lágrimas, la mejor noche en meses, parecía un espejismo!!!

Por desgracia, lo fue, la tercera y cuarta noche no fueron tan malas como las de antes de la Operación Ovejita, pero no fueron buenísimas. A esto le sumamos una otitis del chiquitujo y una visita de mamá a urgencias, que acabó con Mr. Sapo y el renacuajo colechando media noche y claro, descontrol total de nuevo. A partir de la quinta-sexta, parece que la cosa se ha estabilizado un poco y sigue un ritmo más fijo, se despierta un par de veces en la noche pero se calma con chupete o con agua y luego se despierta otra vez para tomarse un biberón y se duerme tranquilo después. Es decir, se suele despertar unas 3 veces, pero solo toma biberón una y no se desvela tanto (aunque hay excepciones)

¿Hemos conseguido algo con la Operación Ovejita? Yo creo que sí, a lo mejor es que las cosas estaban tan mal que peor no podían ir, pero me parece que hemos avanzado algo. Al menos, ahora se está durmiendo muy bien él solito, sin lágrimas, sin miedos, sabiendo que si nos llama, vamos, pero que si salimos de la habitación no significa que lo abandonemos. El renacuajo es un niño muy independiente y normalmente, no quiere ni colecho, ni dormir en brazos, él solito se busca su postura en su cuna y se duerme tan feliz. Otro gran logro ha sido pasar de 5 o 6 biberones por noche a 1 o como muchísimo, 2. Creo que saber dormirse sin comer es un avance muy importante y que es bueno para su salud.

¿Lo hemos conseguido todo? Ni mucho menos, que un niño de un año y pico se despierte 3 veces cada noche (en las noches buenas) no me parece lo más agradable ni deseable, pero cada niño tiene unos ritmos y ser madres y padres tiene estas cosas, no podemos pretender dormir a pierna suelta hasta las 11 de la mañana! Yo firmaría seguir así por las noches una buena temporada más, no ir para atrás, así conseguimos descansar y él se despierta feliz y contento. Si ya pudiera solo despertarse esa vez de madrugada para tomar su biberón, ya sería todo perfecto, no podría quejarme, pero bueno, creo que tenemos que estar contentos con lo (poco que hemos) conseguido y centrarnos en mantenerlo (los niños son muy de rutinas, y con que un día te la saltas, ya se vuelven a descontrolar).

Todavía hay veces en que se desvela y berrea durante un buen rato y veces en que no se quiere dormir de ninguna manera, pero creo que estamos cogiendo fuerzas en general (hay días que conseguimos dormir hasta 4 horas seguidas) y que el tema sueño podría ir bastante peor, así que seguiremos con la técnica, intentando calmarlo con mimos, chupete y agua y soñando con que llegue un día en que no sea necesario hacer eso y podamos dormir 5 o 6 horas del tirón de nuevo!

¿Y vuestros hijos, duermen bien? ¿Habéis usado alguna técnica con ellos? Para las que aún no sois mamás, ¿cómo creéis que llevaréis el no dormir del tirón? ¿es algo que os preocupa?


lunes, 13 de abril de 2015

De trolls y otras bestias

Bueno, no pensaba para nada escribir esta entrada, iba a colgar una interesantísima reflexión (un tostón, probablemente, jajaja!) sobre viajar con niños pequeños, pero tras echar un vistazo a los blogs amigos que suelo visitar, no podía dejar de mencionar algo que me ha dejado con ganas de vomitar.

En las últimas entradas de Valeska y de Cloe, aparecen ciertos comentarios anónimos que, en vez de aportar algo constructivo, están llenos de insultos y descalificaciones a las autoras o a otras blogueras o comentaristas. Es cierto que cuando uno abre un blog público, se expone a todo tipo de comentarios, y que los comentarios tipo "palmero" no sirven para gran cosa, que hay que tener espíritu crítico y fortaleza y valentía para opinar de verdad, pero de ahí a insultar o poner comentarios totalmente innecesarios y que no aportan nada a la entrada, hay un abismo.

Me gusta recibir opiniones diferentes, me gusta debatir y que me hagan ver que me equivoco y que hay otra realidad que yo no había visto y que puede ser tan válida o más que la mía, pero me entristece y me apena ver ese tipo de comentarios, y me planteo qué haría en caso de tenerlos aquí, en mi pequeña casa con puertas abiertas. ¿Deberíamos moderar los comentarios como hacen algunas blogueras para evitar este tipo de comentarios? ¿Estaríamos yendo contra la libertad de expresión y buscando solo comentarios halagadores hacia nosotras y nuestros hijos? Yo creo que el límite es la educación y la tolerancia. No creo que nunca oculte un comentario contrario a algo que yo piense si se publica con educación y delicadeza mientras que sí eliminaré uno que me halague y alabe pero con descalificaciones o insultos (sean a mí o a otra persona).

Por otra parte, me planteo quiénes son realmente estos trolls. Por una parte, pienso que es gente amargada con poca educación que se creen con derecho a opinar (que lo tienen) sin educación (que no la tienen) en un blog de algo que ni siquiera conocen ni les toca (hablo en su gran mayoría de blogs de infertilidad/maternidad). Sin embargo, me parece todo tan surrealista que me convenzo a mí misma de que no puede ser, de que son simplemente personas que tienen ganas de pasar un buen rato creando polémica, que saben que si le dicen a la mamá de turno "Oh, que bien tu hijo/estoy muy de acuerdo con lo que dices", no van a obtener ninguna atención y solo serán uno más de los 45 comentarios de esa entrada y quieren tener su minuto de gloria. La mayoría de gente dice que lo mejor es ignorar esos comentarios, que es lo que más les duele, pero a mí me duele verlos ahí, leerlos en páginas amigas, pensar que les puede doler a esas chicas tener su casa sucia de malos pensamientos y negatividad. Yo no quiero eso en mi vida, en mi casa ni en mi blog, así que desde aquí os digo a todos: cualquier comentario educado es bienvenido, aunque me digáis que no estáis para nada de acuerdo con lo que digo; pero en cuando reciba un comentario ofensivo y maleducado, lo borraré en cuanto pueda y no le haré más caso, así que si queréis polemizar, bienvenidos, es muy lícito, si queréis insultar, no sois bienvenidos.